Casi 500 años han pasado desde el nacimiento de Giuseppe Arcimboldo y sus representaciones manieristas llenas de ilusiones ópticas, (otra vez a vueltas con lo mismo. Lo siento, es que me encantan) y metáforas visuales no dejan de sorprendernos y fascinarnos a grandes y pequeños. (https://rz100arte.com/arte-ninos-arcimboldo-al-alcance-los-mas-pequenos/)
LAS CUATRO ESTACIONES Arcimboldo pintó numerosas series Las cuatro estaciones(una de ellas en una colección particular de Bérgamo, pintada hacia 1572; otra, hacia 1573, conservada en el Museo del Louvre) siendo cada una de ellas una copia sin apenas variación de la anterior, lo que refleja el éxito de la serie. El pintor ha representado los hipotéticos rostros de las estaciones mediante los elementos típicos de cada una de ellas. Así, el rostro de la primavera está formado por flores, el verano tiene rostro de frutos y cuerpo de trigo, mientras que el otoño es un curioso compendio de hojas caídas, setas, y frutos de cosecha. La serie concluye con el invierno, tal vez el retrato más complejo y menos descifrable de la serie, en el que se intermezclan elementos claramente secos y fríos, como la corteza que forma la cara, con otros más cálidos y vivos, como las hojas de la cabellera y las dos frutas que cuelgan del cuello. Parece como si el alegre Arcimboldo se negase a sacar una cara amable a la menos amable de las estaciones.
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